Independentea.eus
2023-02-21
No hay pruebas de que la inmunidad obtenida a través de la vacuna esté por encima de la causada por la infección natural e, incluso, hay numerosas evidencias adversas, por mucho que nuestras grandes autoridades sanitarias políticas y corporaciones farmacéuticas digan lo contrario.
"Todo el discurso oficial de los últimos años ha ido en la línea de rechazar y despreciar la contribución de la inmunidad natural a la protección contra el SARS-COV-2 (1). Así ha sido, aunque el Covid-19 no es especialmente virulento para más del 90-95% de la población. Sólo esto, debería habernos hecho reflexionar sobre el papel de la inmunidad natural para protegerse contra este virus y sobre la necesidad de conservarlo y fortalecerlo (evitando, por ejemplo, que se genere un estrés crónico a los humanos, o que la disminución de la vitamina D por el confinamiento, por ejemplo, empeore la salud general).
Esta interesada devaluación del carácter determinante de la inmunidad natural propia ha servido para provocar un sentimiento de impotencia entre los ciudadanos. A ello se añade que hasta que no se dispusiera de una solución técnico-médica (ya fueran vacunas o medicinas) no había otra solución. Por lo tanto, mientras llegase esa solución, la población ENTERA, sin distinción, estaríamos en peligro de muerte, obedeciendo a la tesis de mantener un discurso médico dominante."
Artículo escrito por el Dr. Angel Bidaurrazaga Vandierdonck en el portal independentea pulsando aquí.